01 febrero 2006

Hay días que no puedo bajar la vista

2 comentarios:

Salzanita dijo...

Gracias por tus fotos...ya las extrañaba...

Vivi Briongos dijo...

Si, se te extrañaba de verdad...

Ésta me encantó.
Te cuento que cuando viajo en colectivo al centro por ejemplo, imagino que es un viaje a la observación. Los sonidos desaparecen en el murmullo y me dedico a contemplar. Muchas veces, casi como un juego de máximo disfrute, lo hago bajo la consigna de sólo observar lo que se ve por encima de las cabezas de la gente. Y así me convierto en una filmadora viviente. Siento el registro de las imágenes como una acción nutritiva, te diría que casi que me traslado a un suave trance, por cuadras y cuadras, a veces muchas.
Es maravilloso bajar la vista en algún momento cualquiera, detener el trance voluntariamente y descubrir que el resto de los mortales que me rodean se han perdido de una sensación alucinante, de una vivencia única.
De la magia de la contemplación.

Te dejo un beso.